ARTICULO PARA COLEGAS
Helicobacter pylori: Enteropatógeno frecuente del ser humano

Helicobacter pylori, es un patógeno que se encuentra implicado en cuadros gastrointestinales diversos y es responsable directo de la enfermedad úlcero peptídica y además es reconocida como agente carcinógeno tipo I por su asociación con cáncer gástrico.
H. pylori es reconocida como patógeno emergente desde su descubrimiento por los investigadores Barry Marshall y Robin Warren en 1982. Cuando fue descubierta, fue originalmente clasificada como Campylobacter (C. pylori y luego C. pylori), pero luego de años de análisis se concluyó que las características morfológicas, estructurales y bioquímicas, eran parecidas a las de un nuevo género de Helicobacter y es así donde queda clasificada desde 1989.
La infección es adquirida principalmente en la infancia y puede persistir durante el resto de la vida o ser eliminada naturalmente. Su prevalencia se estima en un 80 a 90% en los países en desarrollo y esto va a depender en relación a la geografía, etnia, edad, género y condiciones socio económica. Existen tres mecanismos de transmisión persona a persona, aunque no están muy claros: fecal-oral (la más importante), gástrica-oral (sondas, tubos, endoscopio), oral-oral (saliva). Todo esto teniendo en cuenta donde se aloja la bacteria: mocosa gástrica, saliva y placa dental.
H. pylori es un bacilo gram negativo, curvado, microaerófilo, que se encuentra en la mucosa gástrica del estómago humano asociado a diferentes enfermedades digestivas. Es un patógeno muy activo, lo cual es resultado de su forma espiral y de los flagelos unipolares que le confiere movilidad y le permite llegar a la mucosa y no ser eliminado por los mecanismos defensivos del huésped. La ureasa producida por H. pylori, es esencial para su sobrevida, ya que permite hidrolizar la urea, liberar amonio y neutralizar el ambiente en el ecosistema gástrico. Entre los mecanismos innatos de defensa del ser humano contra el H. pylori se encuentra la catelicidina, un péptido con actividad antibiótica natural, capaz de destruir el biofilm, alterar la membrana bacteriana y reducir el grado de inflamación. La interacción entre la microbiota y H. pylori parece ser también unos de los mecanismos de defensa, en el cual la comunidad gástrica podría tener un aparente rol en el buen funcionamiento del sistema inmune de la mucosa del huésped.
Las principales alteraciones patológica inducida por H. pylori se debe a la actividad de la citoxina asociada al gen A (Cag A), la primera proteína bacteriana conocida con actividad pro oncogénica. Las cepas de H. pylori se clasifican en tres grupos principales según la presencia o no de esas islas: cepas cag+, cepas cag- (poco probable que generen daño), cepas intermedias (poca expresión de la proteína y con comportamiento similar al gen cag-). A nivel del citoplasma celular la proteína Cag A, mediante mecanismos dependiente e independientes de fosforilación de tirosinas, con diversas proteínas y vías de señalización intracelular que estimulan la inflamación, dañan las uniones estrechas de las células epiteliales y promueven la transformación de las células neoplásicas epiteliales gástricas. Las células infectadas por H. pylori expresan receptores A y B para interleuquinas lo cual contribuye al aumento de la respuesta inflamatoria.
El proceso inflamatorio rara vez produce un cuadro agudo para que pueda ser diagnosticado, más bien en la mayoría de los casos la colonización de la bacteria persiste y produce un cuadro crónico relacionado con la inflamación crónica. Dependiendo de eso vamos a presentar distintos cuadros clínicos (dolor abdominal, hinchazón, ardor de estómago, pérdida de peso, pérdida de apetito, etc.) que puede durar semanas o meses, ese cuadro pueden ir desde una gastritis superficial crónica, puede culminar en la aparición de una úlcera duodenal, adenocarcinoma gástrico, sin embargo, el 80 % de los casos pueden permanecen asintomáticos.
La terapia de erradicación del H. pylori es el tratamiento de 2 o 3 antimicrobianos junto con un compuesto anti-ulceroso que permite modificar el pH (omeprazol, lansoprazol, pantoprazol) para que actué el antibiótico. Los antibióticos más utilizados son: amoxicilina, tetraciclina, metronidazol y claritromicina. La duración de tratamiento de 7 a 10 días y la elección de tratamiento debe considerarse según el porcentaje de resistencia antimicrobiano en esa población o área geográfica.
La infección por H. pylori debe considerarse una infección emergente por 2 razones, una al gran aumento de nuevas enfermedades gástricas y extra gástrica y la otra es la aparición mundial ascendente de resistencia antimicrobiana. La mejora en las medidas de higiene y la política de la salud pública son las medidas actuales de prevención primaria disponibles para esta infección.
Diagnóstico de Helicobacter pylori:
La infección de Helicobacter pylori puede ser diagnosticada por métodos no invasivos y método invasivos y la forma de detectar al microorganismo puede ser directa o indirecta.
Métodos invasivos:
Técnicas de endoscopia: Las técnicas de las imágenes endoscópicas, tales como la magnificación y la cromoendoscopia digital, han demostrado una buena certeza en el diagnóstico de la infección por H. pylori utilizando clasificaciones de los hallazgos morfológicos. El antro es un sitio de biopsia preferencial a para la detección de la infección. Esta técnica presenta una alta sensibilidad y especificidad.
Histología: El estudio histológico de la biopsia permite conocer las lesiones de la mucosa además de detectar la infección por H. pylori. Las tinciones que se utilizan son hematoxilina y eosina. La ventaja que ofrece la histología es que permite valorar el grado de inflamación gástrica, la existencia de metaplasia, atrofia o cáncer además de ser un método fácil, de bajo costo.
Prueba rápida de Ureasa: La prueba de la ureasa rápida se puede realizar directamente de la biopsia gástrica, obtenida mediante endoscopia digestiva alta. Se recomienda 2 biopsia, una de cuerpo y la otra de antro para el diagnóstico. Es un método rápido, económico y fácil de realizar, pero la desventaja que por los menos se requiere como un mínimo de 1000 microorganismos para que la prueba de positiva lo cual esto implica un aumento de resultados falsos negativos.
Cultivo de Helicobacter pylori: Es sin duda el método más específica diagnóstico del microrganismo, pero es un método caro y muy tedioso. Se utiliza con fines epidemiológicos y su principal rol se mantiene en el análisis de la resistencia bacteriana en los casos de falla terapia de erradicación.
Métodos moleculares: Las técnicas moleculares presentan una alta sensibilidad y especificidad y se pueden utilizar muestras de biopsia gástrica, saliva, heces, jugo gástrico. Además, pueden detectar la detección simultanea de mutaciones especifica de ciertos antimicrobianos en su resistencia. Es un método que puede ser utilizado para el diagnóstico y también para la erradicación de la enfermedad después del tratamiento antimicrobiano. Pero su desventaja es el alto costo y personal entrenado.
Métodos No Invasivos:
Prueba del aliento con urea: Es un método sencillo que es útil no sólo para el diagnóstico de la infección sino también la erradicación de la misma. Es una prueba altamente precisa y reproducible con sensibilidad y especificidad alta.
Detección de Ag. Helicobacter pylori: La identificación de Antígeno de la bacteria en heces se considera una alternativa a la prueba del aliento, con una certeza diagnostica similar inicial y la evaluación posterior a la terapia de erradicación. Existen varias técnicas validadas mediante ELISA y más recientemente pruebas basadas en inmunocromatografía. La prueba usando anticuerpos monoclonales tiene un mejor rendimiento que aquellos que usas anticuerpos policlonales. Tiene la ventaja de poder aplicarse adecuadamente en todas las edades, lo que lo hace una prueba útil particularmente en la población pediátrica. Detección de Anticuerpos de Helicobacter pylori: Es un método relativamente económico, ha demostrado sensibilidad y especificidad muy similar comparando a la histología cuando se utilizan para el diagnóstico de la infección. Existen varios métodos, siendo el ELISA es el más utilizado. Es un gran indicador de diagnóstico temprano de la infección ya que la respuesta inmune puede generalmente preceder a las manifestaciones clínica de la enfermedad. Altos títulos de IgM y IgG indican infección inicial o activa, mientras los altos títulos de IgG pueden indicar infección activa o resuelta.
En el laboratorio IBC contamos con distintas técnicas para realizar el diagnóstico de infección por Helicobacter pylori como:
- Detección de Ag. de Helicobacter pylori: materia fecal espontanea
- Detección de Ac. IgA y Ig.G de H. pylori: Suero con 4 hs. De ayuno
- Detección del ADN de H. pylori mediante PCR en tiempo real
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Dra. Griselda Lapenta
Dpto. Microbiología
IBC Laboratorios